¿Puedo hacer otras cosas más allá de mi práctica?

Abarcar otras áreas creativas o atender las necesidades del cliente fuera del área de expertise, es una de las cosas que más me conflictúan, y que, poco a poco, he empezado a definir.

• ¿Cómo decirle al cliente que eso no lo sé hacer?

• ¿Se vale aventurarme e intentarlo?

• ¿Cuándo sí aplica y cuándo no?

Tengo un par de anécdotas al respecto.

1. Error de novata

Cuando recién empezaba a ofrecer mis servicios como fotógrafa, seguido me preguntaban si también hacía video, y la verdad es que no es lo mío. Ni siquiera me atrae o me da curiosidad. No sé bien porqué, pero así es (y eso que amo el cine). No obstante, me daba pánico decir que no, por temor a perder el cliente.

Más tarde tuve que aventurarme para poder crear contenido para Mora Mora y fue un gran reto, sobretodo porque no contaba con equipo preparado para ello (y qué importante es tener un steady cam).

Un cliente se acerco a pedirme fotos de gastronomía (de mis favoritas) y era algo que me emocionó de inmediato. Sin embargo, sólo le interesaba si yo entregaba además videos para su contenido de redes. Ya me sentía con experiencia y pensé, claro que puedo. Envié mi presupuesto, recibí el anticipo y me presenté el día del evento.

Quiero aclarar que por la naturaleza de este evento y el cliente, no me fue posible hacer scouting, ni me fueron facilitados muchos detalles sobre el lugar, hasta el mismo día del servicio, lo que ya me ponía en una situación vulnerable.

Para mi sorpresa y mi mala suerte, la iluminación era terrible para foto y video. Al menos para foto, tenía mi equipo de destello, pero para video… Me daban ganas de llorar.

Lo resolví como pude, el cliente recibió el material y de hecho no me comentó nada negativo, se mostró satisfecho. Por otro lado, yo sabía que no había cubierto mis propios estándares, me sentía decepcionada y muy frustrada.

Aprendí varias cosas:

• Es mejor ser honesta con uno y con el cliente. Prefiero entregar algo de lo que me voy a sentir orgullosa y que va a hablar bien de mi trabajo.

• Se vale experimentar, pero más vale tener un plan B, plan C.

• Para decir que sí en una situación similar, creo que llamaría a alguien más con mayor conocimiento en el área y dejar que el cliente decida. Efectivamente, el costo será mayor, pero la calidad del trabajo también lo será y lo prefiero.

  
  

2. Descubrir un nuevo interés

Yo no soy diseñadora, pues mi formación profesional no la realicé en diseño. Lo que aprendí fue por necesidad y sé muy bien que no puedo reemplazar a un diseñador, eso siempre se lo dejo muy claro a mis clientes.

No obstante, como parte de mis labores en la Escuela Isaac Goiz, a veces los ayudo con cuestiones simples de diseño y otras organizaciones me han pedido que por lo menos lo intente. Esto último, realmente se siente bien, como si mi ojo o mi gusto les pareciera atractivo y ha sido uno de las principales motivaciones para seguir esforzándome y mejorar mis habilidades.

Un póster que realicé para la Escuela Isaac Goiz Durán

He procurado pulir mi ojo, pues un músculo se atrofia si no se usa, y la perspectiva, la observación y el gusto son los más importantes para un creativo. Al menos, eso es lo que yo pienso.

Básicamente, Canva me salva la vida aquí, eso es muy cierto. Pero poco a poco, me he ido aventurando a hacer cosas sin plantilla, con mi creatividad y las pocas herramientas que tengo a mi disposición.

Sé de composición por la foto, sé dibujar y he tomado tanto taller plástico como he podido, me gusta pintar, es uno de mis pasatiempos y sé apreciar el arte, creo que eso me ha ayudado a desarrollar un lenguaje visual más sólido.

En ocasiones, me doy cuenta que Canva ya no me alcanza para lo que quiero hacer, así que sin miedo me he vuelto autodidacta de Illustrator, de Photoshop y de lo que puedo acceder.

Sin duda, me gustaría seguir explorando esta faceta y me parece que ya me empiezo a sentir más cómoda.

¿Tú qué opinas, te aventarías a expandir tu práctica? ¿Te ha pasado algo similar? ¿Cómo lo resolviste?