top of page

Burnout digital: cómo sobrevivir al agotamiento mental en la era de la IA

  • Foto del escritor: Vivian Goiz
    Vivian Goiz
  • 5 dic
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: hace 6 días

Últimamente siento que no hago lo suficiente, que no produzco lo suficiente. Que tal vez equivoqué mi camino profesional. ¿Qué caso tiene ser artista hoy en día con la inteligencia artificial haciendo todo lo que me gusta hacer en un santiamén? Pero, realmente, ¿qué caso tiene? ¿Y por qué creo que mi creatividad está en peligro, además?


boat, ibiza, yatch, coast, burnout digital
Esta foto la tomé en la costa de Ibiza, España. Mi mamá y yo nos tomamos un descanso después de su divorcio aquí. Cualquiera que haya sobrevivido a un narcicista violento sabe el alivio que viene después. Nunca me había sentido tan tranquila y feliz.

Tanto ruido digital nos está moldeando (y agotando)


  • Últimamente cada que entro a Instagram me bombardean reels de todo lo que la inteligencia artificial puede o no hacer y las mil maneras en que me va a quitar mi trabajo. LinkedIn está inundado de imágenes hechas con IA y bloques de redacción con la misma estructura y todos me dicen lo mismo: “lo estás haciendo mal”, “estás perdiendo”, “si no eres X o no haces Y, estás condenado”, pero ¿es real?


  • ¿Qué impacto puede tener esto en mi salud mental?


  • ¿Hay algo que pueda hacer hoy para evitar mi aparente camino directo a la perdición?

¿Soy yo o todos estamos en “burnout digital”?


  • Como comunicadora estoy al tanto de cómo el lenguaje moldea nuestra realidad, lo que comprendemos y la forma en que lo concebimos; y sé, por experiencia, que una simple meditación, una palabra o frase de ancla, puede hacer una gran diferencia en mi estado de ánimo. No obstante, la repetición de un mensaje con tanto ahínco ¿podría estar jugándome una mala racha o “programándome” para algo mucho más siniestro?


  • Crecí en los dosmiles y recuerdo que mis profesoras y profesores remarcaban lo importante que era la programación neurolingüística para nuestro éxito, que si las visualizaciones, que si las meditaciones, que si las oraciones (porque escuela católica). Todo para que nuestros pensamientos nos llevaran a un estado más sereno, tomáramos mejores decisiones y fuéramos más creativas (mi escuela era de puras niñas y señoritas). La verdad es que todo lo sigo haciendo porque, incluso si no está funcionando para “manifestar” mi éxito, me calma y me da un lugar seguro para descansar.


  • Más tarde, en la universidad nos enseñaron sobre el lenguaje corporal, la antropología del lenguaje, el framing, el priming y los diferentes efectos que la comunicación tiene en las audiencias. Fascinante en verdad, pero algo que ya estaba cambiando el juego era la llamada “crisis de atención”. Un sinfín de estímulos bombardeando nuestros cerebros, que al estar abrumados nos llevan a un estado de inhibición cognitiva. ¿Y eso qué es?

“La capacidad de detener o filtrar respuestas automáticas— es fundamental para cortar de raíz el impulso de seguir consumiendo contenido. Cuando está debilitada, nos volvemos esclavos del estímulo, incapaces de cerrar una pestaña o apagar el móvil”. - Centro PMG Psicología
  • Más peligroso aún, estar en este ciclo de constante bombardeo y expuestos a tantas luces y pantallas que irrumpen con nuestros ciclos naturales. También se producen:

    • Dificultades para concentrarse en tareas complejas.

    • Agotamiento mental (fatiga cognitiva).

    • Aumento de la irritabilidad o ansiedad.

    • Sensación de desconexión o saturación.

    • Mayor vulnerabilidad ante “fake news” o desinformación.


      • Y añádele la ansiedad que provoca la IA y la incertidumbre del mundo actual.


    • Si estamos como zombies atolondrados, sin filtros y se la pasan diciéndonos que no somos suficiente, que no hacemos suficiente, tantas veces, pues no sorprende que llegue un día que hasta el más cuerdx de nosotros se lo crea.


  • Esto es particularmente dañino para cualquier creativo o artista, nos seca prácticamente. Nos vuelve esclavos de estas herramientas porque tenemos que entregar más, hacer más, con más ruido y más repeticiones. Todo tiene que ser viral y pegar a la primera. Ah y barato, de preferencia.


¿Y yo qué o por qué me importa?


  • Por un accidente en la prepa, me vi obligada a volver a aprender a leer, a escribir, a hacer matemáticas y hasta a andar en bicicleta a los 17 años. Este proceso tardío y acelerado (porque ya tenía que entrar a la universidad y las becas se estaban alejando) me enfocó en una misión.


    • Primero: lo más urgente, poder hacer lo que un estudiante promedio y darle un título a mi mamá.


    • Segundo: lo que me puse a hacer al terminar mi segunda maestría, entender a mi cerebro, cuidarlo, rehabilitarlo, y apapacharlo. Es en este punto, después de todos los libros que he leído, de dar clases al respecto y de recibir tanta terapia como he podido pagar, que escribo esto.


  • En esta búsqueda he encontrado algo interesante. Me fallan varias habilidades cognitivas. Además, me comporto como una persona con TDAH, no obstante, mi atención es bastante buena. ¿Por?


  • Esta es mi teoría y nada más: Además de la llegada de una aparente dislexia y que vivo sin memoria de trabajo, sí se afecto mi atención en el accidente. Para pronto, que me distraigo y me tardo en entender las cosas. No obstante, me entrenado a mí misma para enfocarme sí o sí, y en ese proceso, me he vuelto realmente buena en ello. Sé decirle “basta” a mi cerebro y estoy aprendiendo a descansarlo.


    • Una nota: Al parecer en accidentes de este tipo, el cerebro puede compensar lo que no tiene y comienza a desarrollar más otras zonas. ¡Cool! ¿On tan mis superpoderes?


  • Soy una artista y como tal, debo practicar mi arte, crecer mi acervo, mejorar constantemente y proteger mis instrumentos a toda costa. Eso implica, mi cerebro, mis ojos, mis manos, mis emociones, y por supuesto, mi buen gusto. Yo no me puedo permitir ser un zombie, me niego a serlo, y tampoco voy a ser daño colateral de un montón de imágenes feas y videos mal logrados sin corazón.


  • Los datos arrojan que los adultos más jóvenes están sufriendo con mayor frecuencia ansiedad, depresión, y una soledad tremenda. Yo me incluyo, no está bien, no es algo que deba normalizarse. Nos sentimos abrumados y perdidos, no hay nada que nos dé una sensación de estabilidad y cuesta trabajo mantener una actitud de esperanza. Y si puedo hacer algo al respecto, lo voy a hacer.


¿Qué se puede hacer para protegernos del burnout digital?


Ahora bien, qué hacer para proteger tu atención, tu salud mental y tu creatividad del burnout digital en la era de la IA.


  1. Evitar las redes.

    1. Ya sé, horrible. Pero en serio, todo mejora. Suél-ta-las. También va como recordatorio para mí.


    2. Ahora, plan realista: ponte horarios, haz menos accesibles las apps, bórralas un ratito.


    3. Llama a tus amigos por teléfono (me he dado cuenta de que disfruto muchísimo más las llamadas que tengo con mi novio -relación a distancia- que el mensajeo constante, también cuando estoy lejos de mis amigos), prueba, o sal a verlos.


    4. Un detox. Quizás un fin de semana sin verlas y si sientes que vas a flaquear, haz otra cosa: camina, ve por un café, toma un poco de agua, ponte a leer, a tejer, a pintar o acaricia a tu perro. Literal, lo que sea.


      1. No te puedo explicar lo importante que es esto, en verdad somos adictos y nos afecta mucho, muchísimo más de lo que crees (sobretodo si consumes porno). Por fortuna, Marián Rojas Estapé escribió un excelente libro al respecto: “Recupera tu mente, recupera tu vida”. Te lo recomiendo si buscas ahondar más en el tema. Es una lectura muy fácil de seguir, con evidencia científica y además, da una larga lista de recomendaciones de todo tipo para salir de la adicción.


  2. Meditar, anclarte, descansar.

    1. ¿Muy New Age? Ey, los psicólogos han encontrado que meditar de verdad reconfigura el cerebro. Dale chance. Si no sabes meditar, busca meditaciones guiadas en Spotify o en YouTube, disfruta.


    2. La palabra o frase ancla es algo que repetimos mientras meditamos una y otra vez, ayuda cuando tenemos muchas cosas en mente. Puede ser algo como: “este es mí momento”, “aquí estoy segura y en paz”.


    3. Por sugerencia de mi psicóloga uso audios EMDR, ayudan a personas con ansiedad o traumas a procesar mejor. Hay playlists enteras en Spotify y me han cambiado la vida. Las pongo mientras medito.


    4. Tip: mi meditación favorita se la debo a Joe Dispenza, porque me gusta creer que sí puedo mejorar mi estado actual y manifestar una vida plena.


  3. Haz/ escucha/ ve cosas que te gusten.

    1. Ojo con el algoritmo y el “binge watching”. Di “basta”, es suficiente, soy muy punk como para que me controlen.


  4. Sal a tomar el sol. En especial si como yo, te la vives en interiores.


  5. Muévete, aunque sea poquito. No se puede 30 minutos, 15 entonces, 5, 2 pues. Lo que sea.


  6. Dormir. En serio, la más importante. Espero que las 40 horas por fin sean una realidad en México, porque somos un país que de verdad necesita descansar.


No te castigues ni te sobreexijas para hacer esto y si recaes, no pasa nada. Mañana lo vuelves a intentar.


Esto es lo que a mí me ha funcionado mejor, pero por supuesto, puede haber más alternativas.


Si intentas algo de esto, cuéntame cómo te va; y si tú tienes algo que te funciona, no olvides compartirlo conmigo.


Fuentes consultadas:

Comentarios


bottom of page